viernes, 15 de marzo de 2019

La ortografía en mi vida

¿Alguna vez les pasó que… En la primaria les dejaban hacer planas con ejercicios de letra molde o con las palabras que tuviste mal a la hora del dictado?

Bueno, déjame te platico, Jacky toda la primaria fue cliente frecuente de hacer planas, las odiaba, me enojaba pasar los domingos completos haciendo planas, cuando bien podría andar trepando árboles, dando vueltas en la bicicleta, ideando alguna aventura en la cual nuevamente quedaría con las rodillas y codos raspados al rojo vivo y moretones.

La sentencia era clara “Hasta terminar la tarea puedes salir a jugar”, me daba la media noche del domingo, independientemente de la cartulina que se me olvidaba, yo seguía sin terminar mis benditas planas.

Fue hasta llegar a la Universidad que lo noté, no hablo de letras bonitas, me refiero a faltas de ortografía, compañeros que no sabían leer correctamente, una redacción un tanto temerosa, por no decir penosa, y entonces te recordé abuelita, diciéndome “Hasta para escribir se requiere de amor y dedicación, algún día lo entenderás”.

Ahora no solo digo ¡Benditas planas!, sino también, ¡bendita materia de Español, bendita escuela!, sin ellas mi vida no sería igual.

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